Gómez Graterol
Cafecito Espiritual
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☕ CAFECITO ESPIRITUAL: "Los desafíos que la humanidad enfrenta serán menos espantosos, el futuro será menos oscuro, el discernimiento menos difícil, si juntos obedeciéramos al Espíritu" (León XIV). Dios Trinidad: Santifícanos, especialmente a nuestras autoridades. Hazme un instrumento de tu Amor. DIOS TE BENDIGA, GRACIA Y PAZ🤴🏻☧🕊️ ☕
SEMILLA AGUSTINIANA
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Acumula tesoros y no sabe para quién. ¿Hay locura mayor? ¿Existe más grande desdicha? ¿Acumula tesoros para sí? Ciertamente no. ¿Por qué no para sí? Porque ha de morir, porque la vida del hombre es breve, porque el tesoro permanece, mientras pasa quien lo acumula (Serm 60,2).P. Juan A. Cardenas
¡EL ALIMENTO ESPIRITUAL TAMBIÉN!
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Alimentarnos es un acto normal para todos nosotros, así fuimos creados. Importante reconocer nuestra "hambre espiritual" y no olvidar que en la Palabra del Buen Dios, encontramos el verdadero alimento.Para que aprendieran tus hijos queridos, Señor, que no es la variedad de frutos lo que alimenta al hombre, sino que es tu Palabra la que mantiene a los que creen en ti.
Sabiduría 16:26
PALABRAS DEL SANTO PAPA BENEDICTO XVI (Mt 9,9-13)
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«Quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos» (Os 6, 6). Se trata de una palabra clave, una de las palabras que nos introducen en el corazón de la Sagrada Escritura. El contexto, en el que Jesús la hace suya, es la vocación de Mateo, de profesión "publicano", es decir, recaudador de impuestos por cuenta de la autoridad imperial romana; por eso mismo, los judíos lo consideraban un pecador público. Después de llamarlo precisamente mientras estaba sentado en el banco de los impuestos —ilustra bien esta escena un celebérrimo cuadro de Caravaggio—, Jesús fue a su casa con los discípulos y se sentó a la mesa junto con otros publicanos. A los fariseos escandalizados, les respondió: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. (...) No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Mt 9, 12-13). El evangelista san Mateo, siempre atento al nexo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, en este momento pone en los labios de Jesús la profecía de Oseas: «Id y aprended lo que significa: "Misericordia quiero y no sacrificios"». (…) Esta palabra de Dios nos ha llegado, a través de los Evangelios, como una de las síntesis de todo el mensaje cristiano: la verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo. Esto es lo que da valor al culto y a la práctica de los preceptos. (Benedicto XVI - Angelus, domingo, 8 de junio de 2008)